El Alto Golfo de California ha sido el foco de atención de numerosos esfuerzos de manejo pesquero y conservación que, en los últimos 30 años, se han intensificado. La totoaba (Totoaba macdonaldi) ha figurado como pieza clave en algunos de los esfuerzos debido a su estatus como especie en peligro de extinción (DOF. 2010). Este pez roncador de la familia Scianidae está íntimamente ligado a la fundación de San Felipe en Baja California, y Golfo de Santa Clara en Sonora debido a su pesquería a principios del sigo veinte. La totoaba representa un vínculo entre las familias y el mar.

Considerando el estado crítico en el que se encuentra la especie, es importante que trabajemos para compilar toda la información que pueda informar esfuerzos de conservación y manejo pesquero en la región. Durante el 2019, el Programa Marino del Golfo de California (GCMP, por sus siglas en inglés) trabajó con investigadores que han dedicado tiempo al desarrollo del conocimiento sobre la totoaba para así poder, a través de dataMares, compartir este conocimiento sobre esta fascinante especie. Un amplio grupo de investigadores de Sonora, Baja California, Baja California Sur y Estados Unidos han desarrollado estudios que permiten conocer la biología y ecología de la totoaba, así como conocer un poco sobre la historia de la pesquería de esta especie. Por primera vez, se cuenta con una colección electrónica de la información científica que ha guiado los esfuerzos de protección y manejo de la totoaba.

Los proyectos de investigación son abundantes, y existe una larga historia de esfuerzos de muestreo en el Golfo de California realizados a través de cruceros de investigación liderados por investigadores de INAPESCA, CIDESON, CIBNOR, entre otras instituciones. Mediante la generación continua de conocimiento por parte de estos científicos, no solamente hemos aprendido sobre la distribución geográfica de la especie, y actualizado la distribución con el tiempo, sino también de ha determinado dónde se encuentran los adultos y juveniles dentro de la zona de distribución.

Sin embargo, debemos recordar que la acuacultura también ha jugado un papel crucial en el cuidado de esta especie.  Centros como la Unidad de Biotecnología en Piscicultura y el Laboratorio de Ecología Molecular, ambos de la Facultad de Ciencias Marinas-UABC, y el Centro Reproductor de Especies Marinas del Estado de Sonora, operado por el Instituto de Acuacultura del Estado de Sonora, han impulsado la investigación desde la acuacultura. El desarrollo de tecnología para su cultivo (sistemas de cultivo, alimentación, manejo) no ha sido el único enfoque de las líneas de investigación. También se ha puesto especial atención al mantenimiento de la diversidad genética y se desarrolló un sistema de marcaje genético para ejemplares, partes y derivados de totoaba provenientes de unidades de manejo para la conservación de vida silvestre (UMAs). Además, las UMAs deben liberar una porción de su producción al medio natural para contribuir al repoblamiento de la especie.

El GCMP estará trabajando en los próximos meses para que en dataMares crezca la colección de información relacionada al estudio de totoaba en centros donde se desarrolla su cultivo. Sin el conocimiento que se ha generado en ellos, no podríamos avanzar en los esfuerzos de conservación y manejo pesquero que se diseñan para esta especie tan emblemática del Golfo de California.