El planeta está profundamente en el Antropoceno [1], la era en la cual el impacto de las actividades humanas está en aumento y pone en peligro la resiliencia de los ecosistemas de la tierra [2]. Al abordar los problemas ambientales del planeta, se debe fomentar la idea de la responsabilidad común entre las naciones. Un obstáculo inicial hacia esta visión compartida, sin embargo, es el conocimiento que cada país tiene sobre sus efectos a escala mundial en términos de consumo per cápita y de la huella planetaria absoluta de sus país.

A continuación, se compila un conjunto de 13 impactos ambientales y climáticos inducidos por la actividad humana sobre la tierra, el mar y el aire, con el fin de destacar las tendencias por país. Los impactos que hemos elegido no son exhaustivos, pero creemos que éstos son los más influyentes en términos de degradación general de los ecosistemas. Teniendo en cuenta la interrelación entre los ecosistemas en la tierra, el océano y el aire, y que muchos de los impactos ambientales y climáticos no funcionan de manera aislada sino, de hecho, en armonía (por ejemplo, los efectos de las altas emisiones de CO2 pueden ser remediados en parte con un aumento de la superficie forestal), incluimos los impactos que requieren reducciones y los que requieren aumento. En esencia, los que tienen efectos tanto negativos como positivos en la salud del planeta.

Con el fin de facilitar las comparaciones entre países para cada impacto, hemos reunido los datos como porcentajes de cada variable de impacto por país (ej. cobertura de manglares, sobrepesca pesca, etc.). Además, con el fin de mostrar los impactos actuales en una escala global, se calculó la cantidad absoluta de cada impacto medioambiental producido por cada país.

Principales hallazgos:

Los países desarrollados deben hacer esfuerzos concertados para reducir las actuales prácticas industriales (por ejemplo, el uso de petróleo) y la producción de sus subproductos (ej. dióxido de carbono – CO2 y azufre – SO2). Los países en desarrollo deben reducir la destrucción de la tierra, en particular de los hábitats con una alta capacidad para amortiguar el cambio climático (ej. los manglares y los bosques terrestres), aumentando al mismo tiempo el tratamiento de aguas residuales. Los objetivos globales compartidos entre la mayoría de los países son la reducción de la sobrepesca y la extracción de recursos que a menudo cruzan las fronteras políticas y divisiones de mercado; reducción del uso de fertilizantes, un problema global en relación con una población cada vez mayor; y la reducción en la industrialización de la producción de alimentos.